El agua caliente sanitaria representa el 26% del consumo energético total de la vivienda. El agua caliente supone una cuarta parte del consumo energético total de una vivienda. Es la segunda consumidora de energía, después de la calefacción.
Unas pocas mejoras y cambios de hábitos pueden ayudar a reducir, y mucho, el gasto que supone al hogar.
Regula la temperatura del agua caliente en la caldera
Si tu caldera permite regular la temperatura del agua caliente que produce, ajústala para que no tengas que mezclarla con agua fría, máximo 45º.
Elige ducha en vez del baño
Una ducha consume, por término medio, una cuarta parte del agua que requiere un baño: para llenar la bañera hacen falta unos 200 litros de agua, mientras que una ducha de cinco minutos consume unos 50.
Instala en la ducha un aireador o rociador de ducha eficiente
Los rociadores de ducha eficientes consumen unos 6-7 litros de agua por minuto, frente a los 12-15 litros de los tradicionales. Su instalación resulta muy sencilla: sólo hay que desenroscar el antiguo y enroscar el nuevo a la manguera de la ducha.
Controla tu tiempo de ducha
Debajo de la ducha es fácil perder la noción del tiempo. Hay artilugios sencillos y baratos, como los relojes de arena impermeables, que nos permiten saber cuándo han transcurrido 4 ó 5 minutos.
El grifo del lavabo, mejor con apertura en frío
En la mayoría de los grifos monomando, cuando la palanca se deja en posición central se obtiene una mezcla de agua caliente y agua fría. Si se abre el grifo en esa posición durante poco tiempo (lo que es muy habitual) el agua caliente ni siquiera llega al lavabo. Este gasto inútil de agua caliente puede prevenirse eligiendo monomandos con apertura en frío. En estos modelos, la posición central del mando queda reservada para el agua fría. El agua caliente se obtiene girando el mando a la izquierda.
Si friegas a mano… usa el tapón
El fregado manual de platos puede hacerse con poco agua si utilizamos algunas “técnicas” sencillas: cerrar el grifo mientras enjabonamos los cacharros, utilizando el tapón del fregadero, tanto en el lavado como en el aclarado.
Evita fugas y goteos
El ahorro de agua, aunque no sea caliente, también es ahorro de energía, ya que el agua es habitualmente impulsada hasta nuestros grifos mediante bombas eléctricas.
Fuente: Atari Consultora Sostenible; CENEAM; IDAE